Podemos seguir mirando para otro lado y no ver lo que necesita la infancia. Podemos seguir obviando un debate social cada día más urgente que debe darse fuera de todo marco técnico-político sobre la escuela y otras formas de represión hacia la infancia…
Podemos seguir pensando que encerrar las infancias en centros escolares es un derecho y no ver que el máximo derecho de las niñas es jugar y desarrollarse plenamente desde su autenticidad sin rodillos homogeneizantes…
Podemos seguir pensando que nuestra obligación como adultas es volcar todas todos nuestros juicios, ideas, pretensiones… sobre las niñas, entendiendo que son recipientes vacíos, energía a domar…
Podemos también no ver que en cada ser humano habita ese intrínseco impulso de aprendizaje auténtico e imparable, y tener miedo de no seguir el camino de formación pautado por el sistema, que no aprendan lo que el FMI, el Ibex 35, el BMI… quieren que aprendan, tan lejos de la vida real.
Podemos seguir pensando que la resistencia de muchas criaturas a adaptarse a un sistema que les evalúa y doma tiene tratamiento farmacológico.
Podemos seguir…
Pero también podemos parar. Y ver, darnos cuenta, que la infancia tiene sus ritmos, muy alejados de lo que el sistema pretende. Darnos cuenta también que las criaturas son parte de la sociedad en la que habitan y tienen derecho a ser parte activa de ésta, recorrer sus calles, vivir día a día en su entorno natural y directo, a dejar de vivir confinadas entre escuela y extraescolares… Siempre apartados de la sociedad, segregadas por edades, rodeadas de «profesionales» de la educación.
Para hablar de todo esto y más, el 15 de junio hemos organizado esta jornada (des)hezi. Porque si tenemos una tarea pendiente como sociedad es esta, dejar de pretender educar en estas relaciones de poder adultocéntricas y encaminarnos hacia otro paradigma en el que ser consciente de que la educación se da, se vive y se experimenta en el día a día, en cada relación, en cada descubrimiento, en cada juego espontáneo, en la naturaleza, en la observación… y desde aquí construir.